Como contaba en la pasada entrada mi próxima parada sería en Jaén. Me habían (han) invitado a participar en la feria de arte contemporáneo que realizan en la capital Jiennense en esta edición del año 2015.
Ya a la vuelta, y tras un par de días de aventuras con mis habituales compañeros de fatiga ya en más de una Murdo Ortiz y Emilio Subirá, aquí en la tranquilidad de casa y de mi café descafeinado mañanero ( por eso de los nervios y el insomnio) me abordan muchos sentimientos, algunos encontrados.
Una delicia el salir de casa y más por un motivo como es la pintura, mi gran amor. Una delicia encontrar compañeros de profesión y fatigas nuevos, y una delicia empaparse los sentidos con todo esto. Pero una delicia que en ocasiones se convierte en lo contrario por la presión que todo supone ( en mi caso, claro está). Quizá suene a estas alturas estúpido por mi parte decir que cuando entro en un espacio así, una sala tan grande, me entra pánico. Pánico al espacio cerrado de paredes blancas impolutas, pánico a un mundo desconocido en el que quizá no me termine de desenvolver bien, ya que mi sala de exposición habitual hasta ahora, en la gran mayoría de los casos es la calle, un espacio un tanto mas amable, por el desapego obligatorio supongo y por no estar presente en la reacción que uno u otro ( tanto para bien, como para mal) pueda tener al ver mi obra/trabajo.
Al leer esto podrán pensar, esta chavala es tonta, si está harta de hacer cosas y exponer en sitios... Sí, puede ser, pero siempre me dieron un poco de respeto este tipo de eventos de "artistas", dado que a veces pienso que no encajo, aunque me deba deber la vida a ello, ya que es mi trabajo. Por esto prefiero, supongo, moverme en círculos independientes, y tal, y no termino de dar "el paso" hacia otros. Ok, me estoy desnudando en esta entrada.
He de decir, tras este momento "hola tengo miedete", que estoy muy contenta. Que el motor está engrasado, y que estoy feliz de haber descubierto que no es para tanto. He de recibir la mirada crítica como algo que estará ahí, y que eso en el fondo es lo que hace madurar la obra quizá a algo más allá de lo que vas haciendo ( picarse con uno mismo vaya).
Y nada, que es Domingo y como yo creo en el Cosmos y ese no descansa, me dispongo a empezar otro dibujo; porque la semana que viene inauguro en Un gato en bicicleta! (no vaya a ser que la espiral cósmica se pare ahora y lo tiremos todo por la espiral del retrete espacial).
Aquí os dejo unas fotitos del evento ( faltan muchos rincones).
Muchas gracias a David por su atención y amabilidad, al resto de compañeros que allí estaban y a los que no pudieron asistir también.
A.
Ya a la vuelta, y tras un par de días de aventuras con mis habituales compañeros de fatiga ya en más de una Murdo Ortiz y Emilio Subirá, aquí en la tranquilidad de casa y de mi café descafeinado mañanero ( por eso de los nervios y el insomnio) me abordan muchos sentimientos, algunos encontrados.
Una delicia el salir de casa y más por un motivo como es la pintura, mi gran amor. Una delicia encontrar compañeros de profesión y fatigas nuevos, y una delicia empaparse los sentidos con todo esto. Pero una delicia que en ocasiones se convierte en lo contrario por la presión que todo supone ( en mi caso, claro está). Quizá suene a estas alturas estúpido por mi parte decir que cuando entro en un espacio así, una sala tan grande, me entra pánico. Pánico al espacio cerrado de paredes blancas impolutas, pánico a un mundo desconocido en el que quizá no me termine de desenvolver bien, ya que mi sala de exposición habitual hasta ahora, en la gran mayoría de los casos es la calle, un espacio un tanto mas amable, por el desapego obligatorio supongo y por no estar presente en la reacción que uno u otro ( tanto para bien, como para mal) pueda tener al ver mi obra/trabajo.
Al leer esto podrán pensar, esta chavala es tonta, si está harta de hacer cosas y exponer en sitios... Sí, puede ser, pero siempre me dieron un poco de respeto este tipo de eventos de "artistas", dado que a veces pienso que no encajo, aunque me deba deber la vida a ello, ya que es mi trabajo. Por esto prefiero, supongo, moverme en círculos independientes, y tal, y no termino de dar "el paso" hacia otros. Ok, me estoy desnudando en esta entrada.
He de decir, tras este momento "hola tengo miedete", que estoy muy contenta. Que el motor está engrasado, y que estoy feliz de haber descubierto que no es para tanto. He de recibir la mirada crítica como algo que estará ahí, y que eso en el fondo es lo que hace madurar la obra quizá a algo más allá de lo que vas haciendo ( picarse con uno mismo vaya).
Y nada, que es Domingo y como yo creo en el Cosmos y ese no descansa, me dispongo a empezar otro dibujo; porque la semana que viene inauguro en Un gato en bicicleta! (no vaya a ser que la espiral cósmica se pare ahora y lo tiremos todo por la espiral del retrete espacial).
Aquí os dejo unas fotitos del evento ( faltan muchos rincones).
Muchas gracias a David por su atención y amabilidad, al resto de compañeros que allí estaban y a los que no pudieron asistir también.
A.
